Sombras

martes, diciembre 22, 2020

CERVERA DEL RIO ALHAMA – Socio Sanitario Franculí

Foto: Sociosanitario Franculí


TARDANZA POR ORDEN FACULTATIVA

Ay, ay, ay, ay, canta y no llores

Porque cantando se alegran

Cielito lindo los corazones.


Cuarenta días que no te mando ninguna noticia de mis cantares, supongo que algún novedoso vecino cerverano de estos últimos días que te haya rondado en tus espacios soplos astrales te habrá dado cuenta el motivo de mi tardanza en escribirte. Te quiero contar todas mis vivencias accidentales si es que mi cabeza me deja, para que veas que la tardanza ha sido por obligación facultativa. 

El día 11 de Noviembre me caí de la bicicleta casi sin pedalear por no decir parado, en la cera delante de la zapatería Coturno, zapatería que tú bien conociste y, con tan mala suerte que me rompí el hueso llamado: acetábulo fémur derecho de la cadera. Los médicos me dijeron que a mis años era la cadera la que se tenía que haber roto que esta rotura era de gente joven, en fin, ellos saben lo que se dicen y saben quedar bien con el paciente para no desmoralizarlo. La cuestión es que me entablillaron la pierna derecha y me colocaron tres quilos de peso colgando en el pie, que tiraba como no te puedes imaginar, así, aguante dos semanas tendido y de cara al cielo, solamente mis ojos veían el falso techo de escayola todo el día, pero me paso una cosa curiosa, por lo menos para mí, en cada cuadrado de escayola, se transformaba en un cuadro abstracto en su plafón con movimiento, los colores eran el blanco mate, blanco satinado con sombras muy suaves todos cambiantes de formas de entrada y salida del cuadro, siguiendo una ruta en diagonal del cuadrado del techo falso. En la habitación había otro señor era de un pueblo llamado Argilaga, de Tarragona, el me oía hablar y lo que decía — ¡veo cuadros en el techo! Mas cuadros, hasta que me contesto —yo también veo cuadros y no digo nada— no sé porqué me tranquilizo su contestación, al señor lo compusieron un poco de su enfermedad y lo mandaron a casa. Entro otro en su lugar, este tenía más movilidad en su dolencia, cuando le conté lo mío y mis cuadros, el también tuvo su sección de cuadros, no en el techo, enfrente y en color, me dijo que veía una bailarina con traje de faralaes bailando. Pensé será de algún fármaco alucinógeno para aguantar los dolores y ver cada uno nuestra propia visión, nada de esto era. La doctora al pasar visita me comentó usted también ve cuadros en el techo —pensé para mí, como lo ha sabido que veo cuadros en el techo— le contesté con un rotundo, sííí— no se preocupe esto tiene tratamiento, por la noche en la cena me dieron una pastilla para tranquilizarme, que noche de pensamientos más raros y escabrosos, al día siguiente repitieron con la pastilla otra vez noche de brujas de ver incluso que mi pierna giraba com un trompo y me pesaba horrores, mala noche, al tercer día le dije a la enfermera no me de más pastillas para lo que sea, prefiero ver mis cuadros, incluso le dibuje uno como recordatorio, al final los cuadros se han ido, incluso siento pena que hayan desaparecido, me gustaría volver a verlos. Todo esto tiene una explicación, los tres enfermos en nuestras vidas cotidianas somos bebedores, de vino, cerveza, caragillos, coñac y lo que se tercie, durante años y de golpe te dan agua y más agua, el síndrome alucinosis alcohólica, parece, no sé si será esto. Otra médica me ha dicho que le puede pasar a uno que no sea bebedor, ahí lo dejo. Tu sabes Luisa que temporadas he pasado con agua y sin problema, ahora a la vejez viruelas, cuando vuelva a casa no pienso privarme de nada, con moderación. 

Luisa, no quiero agobiarte con mis relatos de hospital, otro día ya te contaré un poco más, estoy bien, pero me parece que me estaré de pensión hospitalaria algún tiempo, ahora ya estamos esperando la vacuna, los internos somos de los primeros que estamos en puertas de que nos vacunen, somos de alto riesgo y además enclaustrados en celdas de dos camas. El sociosanitario, lugar que ya conociste cuando te rompiste la cadera, tu habitación era la 140, la mía ahora es la 138, cuando paso por delante de ella, te comprendo más lo mal que pudiste pasarlo y la parte positiva es que fueron unos meses de descanso del trabajo cotidiano de ama de casa. Esto es lo que me comenta un señora mayor; esto es un hotel de primera nos hacen la cama, nos bañan, nos dan de comer y nos cuidan, en mi casa siempre he sido, la “mama” todo a mi cargo y esto al final cansa. 

Ese lunar que tienes, cielito lindo 

Junto a la boca, no se lo des a nadie 

Cielito lindo que a mí me toca. 

—No sabía nada, si en estos astrales, aquí en el zeptosegundo de tiempo he visto algún cerverano deambular medio despistado pero no me he comunicado con él, en nuestro sistema sin ver ni oír ni hablar. Qué quieres que te diga que no te haya dicho en lo que antes era mi tierra, no comprendes que tú ya no estás para estos trotes, que sí…, la bicicleta te ha dado mucha vida pero la realidad es que tienes que darte cuenta que la vejez no perdona y por mucho empeño que le pongas tienes que ser consciente de lo que haces, ya sé que yo me rompí la cadera cerrando la puerta de la calle, y bien derecha que estaba, esto no cuestiona que tu vayas en bici por estos mundos de Dios a tus años. 

Cuando me ingresaron en el Socisanitario franculi la verdad sea dicha descanse, comí bien y limpieza total, pero a mí me faltaban los hijos, nietos y bisnieto el poder cocinar para ellos, era mi gozo cotidiano, sí, para ti también. 

Encontraba extraño que estuvieras tan poco comunicativo, deje de pensar en mi astral silencio, todo tiene un fin, menos la eternidad que no se sabe dónde está el fin mientras dure un ser pensante en el mundo. 

Por lo que cuentas noto que tu humor sincopado aún te queda algo, me alegro que en tu estancia tengas presente lo que me cuentas de los cuadros en los techos falsos, si estuviera yo te animaría a que volvieras a coger los pinceles, aunque fuera para pintar arte abstracto que nunca fue mi favorito, pero que a mis años llegue incluso a comprender, no el significado, sino sus sensaciones, formas y colores. 

De lo que me dices del agua, tomate la necesaria, pero tampoco te pases y vayas por ahí con la botella chupando de la botella a cada minuto. Ya sabes lo que decía el doctor en urología Antonio Puigvert, fundador del Instituto de Urología del Hospital de Santa Cruz y San Pablo: cuando los riñones están mal, ni agua, sólo descanso. Hoy día lo tenéis todo al contrario, un litro o dos de agua por lo menos por día. Todo cambia hasta vuestros virus—.


SILENCIO

El silencio es un diálogo 
entre dos oídos. 

Sólo tú y yo escuchamos 
esa voz que conversa en silencio. 
entre nosotros. 

Porque no es lo mismo guardar silencio 
que quedarse callado. 

La poesía nace del silencio, 
vive en la eterna batalla con silencio 
y termina en el silencio 

                                    Poesia: Alberto Blanco, inédito