30F. 92X73
Año 1965
Óleo
MI PADRE
Un hombre con suerte, supo
vivir su vida, lo encarcelaron las izquierdas, por ser de derechas en celdas de
la muerte salió con vida, excarcelado no supo nadie quien lo liberó, paso los pirineos y llego hasta San Sebastián
incorporándose al ejército de Franco, después al gobernar la derecha, fue
hombre franquista, presidió varios cargos en el pueblo, fue alcalde, jefe de
falange y no sé si ostentó algún cargo más; de profesión panadero, hombre culto, era
un gran lector; sea por buena fe o por reunirse con varios alcaldes de la zona
para votar entre ellos un gobernador para Lleida, la dictadura con sus leyes lo
encarceló, se ve que no era legal el reunirse más de tres personas, la misma
derecha lo puso en la cárcel por unos días acusado de un enganche de luz por
una obra en construcción de un teatro que se estaba haciendo en el ayuntamiento del pueblo, que según se
demostró tal enganche en la obra era abonaba parte del gasto al ayuntamiento,
mi padre siempre pensó que la cárcel fue por ser uno de los cabecillas de la
reunión de alcaldes, estuvo muy poco tiempo en la cárcel, no llego al mes, lo
dejaron en libertad, después del incidente la política fue decayendo en él, pero
murió franquista hasta el año 1978. Yo, que no pensaba como él le respete su
manera de pensar siempre, por creer que tenía sus razones, nunca discutimos por
este motivo, por tener cada cual su forma de pensar. En cambio un hermano de mi padre el pequeño
murió comunista a los noventa y pico de años en Francia. Los dos se querían
mucho, eran los penúltimos de 18 hermanos.
En su vida personal fue un
hombre que sabía poner a flote cualquier negocio, pero no sabía conservarlo se
le iba todo el
dinero por el mismo agujero, las queridas y mi madre que si era una buena
gestora, adoraba a mi padre con todas sus consecuencias, era muy Católica
Apostólica y Romana y al marido se le respetaba según la doctrina cristiana.
Vivió 78 años, mi madre que
se llevaba tres años murió a los 78 años, mi esposa los acogió en casa en sus tres
años últimos. Mi padre dio muchos tumbos en su ajetreada vida en Barcelona tuvo
negocio en diferentes lugares de la ciudad —siempre le oía decir que le
gustaría morir donde nació y ser enterrado junto a su padre—. Lo dicho al
principio de la suerte, si se puede llamar suerte a la muerte, es que murió en
su pueblo, en la casa solariega, en la cama que nació y lo enterraron con su
padre, todo gracias a la familia y a su hermano comunista que recibió la casa
como herencia y se la dejo a mis padres mientras vivieran, gracias tío Mariano,
así se llamaba. Mientras se moría mi padre, estaba alegre, seguramente que
estaría pensando en su última conquista, La Muerte y no se daba cuenta que era
La Muerte quien lo conquistaba.
El cuadro este si lo tengo
presente de cuando lo pinte año 1965, estuvo posando cinco horas sin rechistar,
cuando lo terminé me miró y me dijo: el
millor cuadro que has fet, estuvo contento de ver su pintura, se identifico
con gusto, unas veces aciertas y otras no tanto, me acojo a una frase de Pablo
Picasso, que algún retrato hizo a mecenas que le compraban cuadros , alguno
pintó, hombre o mujer, alguno que lo recibió le dijo: —mucho, mucho no se
parece— y el les contestaba: —no te preocupes con el tiempo ya se parecerá— la
experiencia me ha demostrado que es verdad. Al final La Parca nos iguala, la
diferencia sólo está en la manera que nos aparca.
UNA BATALLITA DE MI TIEMPO
A mí la fratricida guerra
Española me cogió en sus inicios desde
que empezó con revueltas paramilitares : 5, 6, 7, 8, 9, años, nací 1931, a mis cinco
años tengo un vago recuerdo de un niño de la calle que me dijo: —tu
padre se lo han llevado unos militares con escopetas, con escopetas, tatareando
con escopetaaaas— de verdad yo no sabía nada de escopetas, a mi me gustaba la
bicicleta que me trajeron, aun los Reyes
Magos, aquellas pequeñas bicicletas para niños de tres ruedas de hierro, la de
delante con pedales y el sillín de madera; si tengo que decir la verdad en
aquel momento la sensación de todo lo que estaba sucediendo fue nula, mi
capacidad no daba para tanto, tenía cinco años, en cambio como recuerdo lo
tengo presente, pero sin percibir ninguna alteración en mi pequeño cuerpo de
mal dadas. A mi padre lo encarcelaron en la prisión del pueblo, no sé que
partido fue. Un cuñado que era socialista y fue a visitarlo a la cárcel del
pueblo al salir, sin más lo fusilaron, mi tía, su mujer, que había oído el
ruido de los disparos desde su casa, comentaba; me han matado a mi marido, siempre
contaba que fue un primo segundo o tercero quien lo mando fusilar, por cuestión
de amores, actualmente hay descendientes que nada tienen que ver con este
hecho.
Los restantes años que conviví
con la guerra ahora en el recuerdo los percibo más crueles que cuando los viví
en situ, viví la privación de lo principal, la comida, el miedo a los obuses,
los soldados muertos, mi madre escondiéndonos, la caminata que nos hacían hacer
cada mañana de un lugar a otro para nuestra seguridad, ver un avión llamado por
los soldados La Pava que ametrallaba y dejaba muertos, todo lo tengo presente.
Ahora, sin percibir la dificultad que pasaba mi madre y mí hermano que era
cinco años mayor que yo, el padre no estaba entre nosotros, era huido de la
represalia. En cambio me acuerdo de las tiendas del pueblo, de toda clase, que
todas estaban por el suelo sus productos y que estaba todo al averío de
cualquiera que pasara por delante y que a nosotros chiquillos lo que nos
gustaba más eran las cajas de cartón de embalaje para hacernos pequeños
refugios cómo juego infantil. Al meternos dentro de la caja para jugar, sin
saberlo, nos encontrábamos amprados de todos superfluos miedosos. Estábamos a
salvo
AL BORDE
Soy alta;
en la guerra
llegue a pesar cuarenta kilos.
He estado al borde de la tuberculosis
al borde de la cárcel,
al borde de la amistad,
al borde del arte,
al borde del suicidio,
al borde de la misericordia,
al borde de la envidia,
al borde de la fama,
al borde del amor,
al borde de la playa,
y aquí estoy durmiendo al borde, al borde de despertar.
Gloria Fuertes
Soy alta;
en la guerra
llegue a pesar cuarenta kilos.
He estado al borde de la tuberculosis
al borde de la cárcel,
al borde de la amistad,
al borde del arte,
al borde del suicidio,
al borde de la misericordia,
al borde de la envidia,
al borde de la fama,
al borde del amor,
al borde de la playa,
y aquí estoy durmiendo al borde, al borde de despertar.
Gloria Fuertes
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