SOLITARIA PLACETA
Luisa, dos años cumplidos de tu desertar de nuestro mundo
inquieto y complicado, en toda nuestra gobernabilidad, cada vez más
extenuante en nuestra manera de ver las circunstancias actuales.
Continuamos siendo carpetovetónicos a ultranza, las Españas de Machado están
más en vilo que nunca, las Izquierdas y Derechas no es que estén confrontadas
es que no se aguantan y para postre, derechas e izquierdas entre ambas tienen
sus peculiaridades de dirigentes históricos que defieren de sus dirigentes
actuales. Me acojo a las palabras del difunto diputado y cantante autor
Labordeta que en su día dijo desde el Estrado del Congreso Español ¡a la mierda, joder! Refiriéndose a los
políticos que no lo dejaban hablar ni pensar a su oponente, hoy se les podría
aplicar la misma exclamación a la retahíla de comentarios de expresidentes de
ambos lados, estos que no gobiernan ni dejan gobernar, cómo el perro del
hortelano. Luisa. Que mala leche tienen algunos políticos, será que se
aproximan a su senectud y quieren aferrarse a sus divinidades, la Falsedad y el
Dinero, se olvidan de sus principios de pueblo soberano, o no, es que ya
eran tal como son ahora, nos enseñaron la patita del engaño en su momento. No
te cuento más, para que si todo está bendecido, cuando pienso en todos mis años
de votos de urna cumplidos como ciudadano e incluso los tuyos dados a esta
pandemia de políticos se me cae el alma al suelo. A mi vejez me doy cuenta por
mucho que me cuenten milongas que estamos en un sinfín de un principio de una
noria que no para de dar siempre la mismas vueltas. No me hagas mucho caso
Luisa es que cuando miro la TV y veo todos los desastre que nos rondan por
estos nuestro mundos, me altero y como no estás tú a mi lado hablo solo con los
noticieros diarios de TV dominantes, de vergüenza. Hoy como noticia primordial
los militares dicen que hay que preparar otros sistemas de combatir los
actuales ya no sirven. De cojones! Gastos al canto. En vez de decir: nos
tenemos que preparar para una paz duradera entre todos. Su dicho lema es; si
quieres paz prepárate para la guerra. Así va el mundo, de guerra en guerra.
Perdona Luisa igual es que voy por la autopista y me he colocado en la
dirección contraria y, el que va mal soy yo por perturbaciones mentales de
vejez prematura, no, si acaso vejez “abrahamista” te lo dejo a sí. No sé si tú
con miras más españolistas de vieja castellana puedes darme una solución a mis
pequeñas angustias políticas o tal vez sean grandes angustias que se están
fraguando poco a poco y sin danos cuenta el españolito de a pie es el que
siempre recibe los para bienes.
Luisa sigo
escuchando al Padre Franciscano Carlos Fuentes su programa, que tu también te
gustaba ver, Catalunya Opina, hay un tertuliano con cinco carreras, el señor
Villarroya, polémico, siempre tiene en boca su frase característica ¡esto son
milongas! Y tal vez sea verdad que estamos compuesto todos de milongas. Engaños
o cuentos o tal vez de baile popular
rio platense
La foto es de tu calle placeta de la subida a la Virgen
del Monte, un rincón sublime de estar y compartir, pero… sólo para turistas
veraneantes de vacaciones, durante el año solamente queda un vecino, así es la
cosa, tú que le dabas brío a la placeta también nos has dejado, no sabemos que
hacer con el rincón para adornarlo, que un día pedimos compartir con vecinos mesilla
y cena con su vinito de rioja.
—Si estuviera a tu lado hoy 29 de mayo cumpliría 87, no hay que darle vueltas, estos, yo ya
no los cumpliré, así que no le des a la mollera, se termino lo que se daba,
todo lo que empieza tiene su fin y el fin no es para todos igual, el mío aun
tiene sabor aun último sorbito de cerveza, ni siquiera me dio en pensar a un
Salvador de Ánimas, que bien os deje ni que lo hubiera escrito Platón en su teoría de las formas no es
que haya leído el libro, se que algunas veces veo su soplo-vaho astral y, ya
sabes sin ver ni oír ni hablar, no podemos comunicar y, algo se pega de un
personaje tan sabio y listo.
Que me vas a contar tu de vuestro sistema de
intercomunicaros políticamente, sois un desastre entre unos y otros la casa sin
barrer. Que más quisiera yo que echaros una mano en todo el dilema que tenéis
entre vosotros españoles y españoles con sentimientos catalanes, todos según la
constitución sois españoles ¿de acuerdo Albert? pero a unos se les apodera el
sentimiento del pequeño terruño, su habla y sus circunstancias, todo amalgamado
con la historia, se transforman en separatistas. Yo que he vivido 65 años con
vosotros y he formado familia catalana-castellana, os puedo comprender, tenéis
una forma de afrontar la vida totalmente diferente al castellano a vosotros la
armas ni militares no entra en vuestra manera de pensar; pongo castilla por ser
mi tierra, ni más buena ni más mala diferente y esto que están simple la España
no os quiere entender y hace mininos durante siglos para seguir sin entenderos.
Bueno, si os entiende a su manera. Ni Franco os lo pudo cambiar con la invasión
de personas foranes y prohibiciones en el habla de vuestra propia lengua. Con
lo fácil que lo tuvimos tu yo empleando sólo una palabra, Amor entre los dos y
comprensión. Ahora si unos piden lo que según leyes constitucionales no se
puede dar, ni se os dará y otros insisten en pedir lo que no se quiere dar, es
un juego de nunca acabar.
Me haces gracia con eso de los militares y sus planteamientos
de guerras, no te das cuenta que se pasan la vida estudiando tácticas de salón
y cuando llega el momento de la verdad, resulta que los civiles, si, personas
como nuestros hijos son los que dejan la piel en el campo de batalla. No seas
iluso, la guerra no esta hecha para ti, pero si llega serás el primero en
padecerla sea en formas viejas o nuevos sistemas de combatir. Recuerda, España,
sois el séptimo exportador de armas para matar, así que no te quejes nada del
sistema, ¿Qué quieres más paro? ¿O subir algún punto en el escalafón de ventas?
¡Ahí te lo dejo! para que estrujas la mollera.
Prefiero hablar de mi pequeña plazuela me es más fácil de
comprender sus entornos y vecinos, los primeros años de convivir en nuestra
casa, me gustaba verte cenar en tu pequeña mesilla en vacaciones en la
plazuela, después habilitamos lo que estaba destinado a garaje a ser una zona
de descanso para todos y acabaste acostumbrarte al comedor de la planta baja
para siempre. La verdad que para mí fue un gran descanso. No te creas, en mis
descansos os recuerdo como una nube pasajera de un verano caluroso que deja un
poquito de lluvia con arco iris entre montes invisibles. Cuida tus 90 años, no
te me vayas con alguna pelandrusca, es por decir algo que te haga sentir aun
macho. Deschorrao.—
A Federico García Lorca, poeta. Poesía: Miguel Hernández
Atraviesa la muerte con herrumbrosas lanzas,
y en traje de cañón, las parameras
donde cultiva el hombre raíces y esperanzas,
y llueve sal, y esparce calaveras.
Verdura de las eras,
¿qué tiempo prevalece la alegría?
El sol pudre la sangre, la cubre de asechanzas
y hace brotar la sombra más sombría.
El dolor y su manto
vienen una vez más a nuestro encuentro.
Y una vez más al callejón del llanto
lluviosamente entro.
Siempre me veo dentro
de esta sombra de acíbar revocada,
amasado con ojos y bordones,
que un candil de agonía tiene puesto a la entrada
y un rabioso collar de corazones.
Llorar dentro de un pozo,
en la misma raíz desconsolada
del agua, del sollozo,
del corazón quisiera:
donde nadie me viera la voz ni la mirada,
ni restos de mis lágrimas me viera.
Entro despacio, se me cae la frente
despacio, el corazón se me desgarra
despacio, y despaciosa y negramente
vuelvo a llorar al pie de una guitarra.
Entre todos los muertos de elegía,
sin olvidar el eco de ninguno,
por haber resonado más en el alma mía,
la mano de mi llanto escoge uno.
Federico García
hasta ayer se llamó: polvo se llama.
Ayer tuvo un espacio bajo el día
que hoy el hoyo le da bajo la grama.
¡Tanto fue! ¡Tanto fuiste y ya no eres!
Tu agitada alegría,
que agitaba columnas y alfileres,
de tus dientes arrancas y sacudes,
y ya te pones triste, y sólo quieres
ya el paraíso de los ataúdes.
Vestido de esqueleto,
durmiéndote de plomo,
de indiferencia armado y de respeto,
te veo entre tus cejas si me asomo.
Se ha llevado tu vida de palomo,
que ceñía de espuma
y de arrullos el cielo y las ventanas,
como un raudal de pluma
el viento que se lleva las semanas.
Primo de las manzanas,
no podrá con tu savia la carcoma,
no podrá con tu muerte la lengua del gusano,
y para dar salud fiera a su poma
elegirá tus huesos el manzano.
Cegado el manantial de tu saliva,
hijo de la paloma,
nieto del ruiseñor y de la oliva:
serás, mientras la tierra vaya y vuelva,
esposo siempre de la siempreviva,
estiércol padre de la madreselva.
¡Qué sencilla es la muerte: qué sencilla,
pero qué injustamente arrebatada!
No sabe andar despacio, y acuchilla
cuando menos se espera su turbia cuchillada.
Tú, el más firme edificio, destruido,
tú, el gavilán más alto, desplomado,
tú, el más grande rugido,
callado, y más callado, y más callado
Caiga tu alegre sangre de granado,
como un derrumbamiento de martillos feroces,
sobre quien te detuvo mortalmente.
Salivazos y hoces
caigan sobre la mancha de su frente.
Muere un poeta y la creación se siente
herida y moribunda en las entrañas.
Un cósmico temblor de escalofríos
mueve temiblemente las montañas,
un resplandor de muerte la matriz de los ríos.
Oigo pueblos de ayes y valles de lamentos,
veo un bosque de ojos nunca enjutos,
avenidas de lágrimas y mantos:
y en torbellino de hojas y de vientos,
lutos tras otros lutos y otros lutos,
llantos tras otros llantos y otros llantos.
No aventarán, no arrastrarán tus huesos,
volcán de arrope, trueno de panales,
poeta entretejido, dulce, amargo,
que al calor de los besos
sentiste, entre dos largas hileras de puñales,
largo amor, muerte larga, fuego largo.
Por hacer a tu muerte compañía,
vienen poblando todos los rincones
del cielo y de la tierra bandadas de armonía,
relámpagos de azules vibraciones.
Crótalos granizados a montones,
batallones de flautas, panderos y gitanos,
ráfagas de abejorros y violines,
tormentas de guitarras y pianos,
irrupciones de trompas y clarines.
Pero el silencio puede más que tanto instrumento
Silencioso, desierto, polvoriento
en la muerte desierta,
parece que tu lengua, que tu aliento,
los ha cerrado el golpe de una puerta.
Como si paseara con tu sombra,
paseo con la mía
por una tierra que el silencio alfombra,
que el ciprés apetece más sombría.
Rodea mi garganta tu agonía
como un hierro de horca
y pruebo una bebida funeraria.
Tú sabes, Federico García Lorca,
que soy de los que gozan una muerte diaria.
2 comentarios:
Con este poema tiemblan hasta los tuétanos, es increíble como Miguel extiende su dolor al paisaje, como lloran las calles, vibran de muerte los montes...Muy bueno., gracias por publicarlo y recuerdos a Luisa. Un abrazo a la placita y al pueblo.
Gracias Charo. He vuelto a leer mi propio bolog y la poesia de Miguel Hernández, no se si cuando monte la página me di cuenta de la grandeza del poema cómo ahora al releerlo, que fuerza de sentimiento alcanzan sus palabras, es todo el poema un grito homérico.
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