Personalmente, me creo lo del
cambio climático y que conste que a mis años casi no creo en nada, después de
toda una vida, te das cuenta que los
humanos, sean de donde sean, cometen los mismos errores y horrores, dejemos los aforismos para los políticos, y vayamos al
paisaje de CerveR.A.
Un principio de invierno, según
foto, los copos de nieve ya se dejaban ver en los tejados de las casas, en este
año que tome esta foto (2010-01-07) las nevadas por aquél entonces ya no eran
tan intensas de cuando yo conoci Cervera R.A. allá por el año 1954. Las nevadas
que yo recuerdo de mi juventud eran copiosas, monte y calles. Las calles con
chupetes colgantes de metro de sus aleros, daba miedo pasar por debajo de ellos,
por miedo a que se desprendiera y se te clavara en tu cabeza una afilada
estalactita y te dejase empalado como una sardina. No se hablaba de cambio
entonces, se hablaba solamente de frío, seguramente ya se estaba preparando el
cambio climático sin saberlo, pero nadie quiso darse cuenta o es imposible
parar el curso del mundo, cosa, que por mucho que hagamos, digamos o hacemos,
nadie quiere dejar su estatus de bien estar. Podemos llegar a más cambios
climáticos y nos tendremos que aclimatar cuando llegue su momento, sin más
remedio, al que le toque, ajo y agua.
CerveR.A. mire por donde se mire
siempre tiene unos buenos encuadres para la fotografía, en cambio, si te das un
paseo por el pueblo ya es otro cantar, pero continua con buenos rincones
fotográficos. Los creveranos somos ácratas y cuando paseas por el pueblos sus
casas, puertas y balcones, te demuestran la personalidad del cerverano, lo
contrario a seguir un pauta. A pesar de todo Cervera,
E-mails del año 1999 (la fulla de Calamar)
To: prudenciodi@com.es
From: joangg@tinet.fut.es
Amigo Prudencio:
Ya tenemos las vacaciones a tutiplén.
En otro tiempo ya estaría nervioso preparando la ruta y el lugar donde iríamos
a pasarlas. Ahora todos los años son sabáticos y tranquilos. Salou en estos
tiempos, se llena de personas que supongo, como en otros tiempos me pasaba a
mí, habrán planeado sus vacaciones eligiendo las playas de nuestro pueblo, que
aun teniendo algún inconveniente, es maravilloso.
No sé en qué tanto por cien están
ocupadas las plazas hoteleras y apartamentos, (los especialistas en calcularlo
ya se cuidan de hacerlo). El residente de Salou no tiene necesidad de tantos
por cien, con ver la dificultad de encontrar aparcamiento para el coche y ver
la cantidad de gente en las playas se hace su propio cálculo. Los que vivimos
en Covamar tenemos un termómetro más sibilino para saber cuanta gente hay; son
nuestras calles. Durante la temporada baja las calles están semi-desiertas,
cuando llega el verano primero se llenan las calles que lindan con el núcleo de
edificios de apartamentos, después van subiendo y, si es que llega hasta donde
vivo yo, quiere decir que la Capital de la Costa Dorada ya se está pasando del
tanto por cien aceptable.
Te recomiendo si vienes por aquí con el
coche, que tengas cuidado con los autobuses de turistas, no te pongas detrás de
ellos. Mientras circulan por las calles de Salou, de golpe aparcan donde les da
la gana y empiezan a salir gente, maletas y azafatas y te tiras media hora o
más esperando detrás, sin poder continuar tu ruta; se ve que tienen carta
blanca, porque eso viene ocurriendo desde hace muchos años. Nuestro
ayuntamiento tendría que poner un poco más de mano dura, a ver si así no pasa
tanto. Continuando con las recomendaciones, procura también en la entrada de
Salou, por la autovía de Tarragona a la altura de Covamar entre la gasolinera y
el hotel nuevo, de no atropellar con el coche a ningún turista de la Comunidad
Europea. Salen del hotel familias con chiquillos, cruzan la autovía por donde
les da la gana, corriendo, pensando que es una calle normal. No toda la culpa
es de los turistas, la infraestructura tiene mucho que desear.
...A pesar de todo nosotros, como el
Gobierno que dice: España va bien, Salou repite que también va bien. Lo que
nunca se especifica es para quien va bien.
Adéu,
Joan.
To: joangg@tinet.fut.es
From: prudenciodi@com.es
Amigo Joan:
Este año hemos pasado de Salou en las
vacaciones, ¡joder!, la parienta decidió que lo mejor sería que las pasáramos
en el pueblo, me dio muchas razones para que aceptara su decisión, una de
tantas fue la económica y otra que Salou está creciendo a un ritmo vertiginoso,
y que no dan más de si las playas, entre motos acuáticas, banana con motora
“surfing”, tumbonas, chiringuitos y
muchos “guiris” y otros mal educados, no queda espacio para poner tu toalla en
la arena. La última vez que estuvimos en
la playa ¡hostia! los pies de un señor gordo nos lo puso en las mismas narices
y los míos tuve que colocarlos entre
medio de dos señoritas muy guapas por cierto, que para no verlos me pusieron
sus bolsas playeras una en cada lado de los pies. Cada verano es un dilema
donde poder tomar el sol y pasearte por la orilla del mar.
La solución que yo propuse a mi señora
fue ir a las piscinas de los hoteles o de los apartamentos. Fue entonces, es
cuando decidimos ir al pueblo, como bien sabes tú, tenemos las piscinas muy
bien cuidadas, con sus sauces llorones por si quieres sombra, el césped de
maravilla, el bar que te puedes tomar tus potes con los amigos sin apretones y
además el paisaje, un paisaje entrañable. Creo que, al masificarse tanto las
playas, me he dado cuenta, que lo que en un tiempo abandonamos por esnobismo,
hoy resulta que tiene calidad y se disfruta más. Lo que pasa es que nos cuesta
darnos cuenta. -Si pude que me digas que el agua no es salada y que la del
pueblo al ser de manantial está un poco más fresca.- ¡Joder! pero que limpia.
Salou, este año lo reservaremos para la
temporada baja, no nos bañaremos pero nos podremos pasear bien por la playa.
Agur, Prudencio.
En el balcón, donde el SOL se anima, tengo un
olivo.
Los frutos pequeños, negros, como pendientes de nácar
han alimentado gorriones, pájaros y palomas.
Ahora y aquí, el círculo que forman sus ramas, abraza la
paloma que reposa expectante y miedosa del humano.
Hace días, con la paloma, hicimos una danza nupcial.
Le traía ramitas con el pico de cuerno negro.
Ella se queda quieta y espera anidando...
Tendremos palomos, huevos blancos escondidos
en la pequeña panza;
darán vida!!
Respetaremos el silencio y andaremos de puntillas
mientras regamos el huerto.
Donde las lechugas levantan cabeza y las fresas florecen,
la tumbona, espatarrada
en el aire, el sol y la lluvia,
espera muda que mi cuerpo cansado repose bronceándose
con el último rayo del astro rey, quemando tristeza y
pensamientos
Primavera, otoño, invierno, verano…
Que la vida nos deje acompañarlas.
Poesia: Eva Gilabert Baró, traducida del catalán por Joan Gilabert Forcada
1 comentario:
Que poesía más espontanea salida de un corazón sin perjuicios. Bonita
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