Año 2005
En 1605, la actual imagen del patrón es encargada a Antón de Sarga, escultor vasco con taller en Arnedo, que unos años antes había realizado la de Santa Ana. Precisamente la experiencia del gran peso de esta última debió llevar a que en el encargo se hicieran varias precisiones como por ejemplo que debía ser más ligera, se debía tallar en madera de buen chopo para poder ser transportada con facilidad por las calles. Los trabajos, rodeados de conflictos entre maestro y clientes se alargaron entre 1607 y 1609. Finalmente en la primavera de 1610 se entregó la imagen, por lo que están a punto de cumplirse los 400 años de su presencia en Cervera.
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No sé si San Gil estuvo en Cervera, pero que más da, el cerverano lo venera con fe con esto basta para que esté en el frontispicio del Altar Mayor en un lugar preferente del retablo, otros sin ser creyentes lo aprecian igual por tradición de sus antepasados y por creer que nuestra tradiciones se tienen que mantener y conservar. El 1 de Septiembre son sus fiestas donde se honra a San Gil, fiesta grande como Patrón de Cervera, su fiesta se alarga 6 o 7 días, la iglesia las honra con actos litúrgicos al santo, asistiendo todo el cabildo en pleno a la misa mayor, danza tradicional de la gaita, cuando bailan hacen filigranas interpretando letra por letra un Viva San Gil en su danza, amenizados por las dulzainas de los gaiteros de Estella (Navarra), rastras, pasacalles, conciertos, bailes en la plaza, encierro con vaquillas y feria para los chiquillos, sirviendo además las fiestas de reencuentro de cerveranos que están por estos mundos, San Gil es un motivo de alegrías de poder volver a ver familiares, amigos y pasar unos días agradables junto con todos ellos, no pueden faltar los momentos de tristeza y recordanza para todos los que ya no están con nosotros, a pesar de todo el cerverano es alegre y en las fiestas procura dejar los sentimientos aparcados para disfrutar de su fiesta
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El día anterior al 1 de Septiembre a las 12 horas del toque del Ángelus, hoy en día en desuso, el chupinazo, se da en la plaza del ayuntamiento, los hombres y mujeres con su pañuelo rojo alrededor del cuello hacen acto de presencia para escuchar el discurso de fiestas del señor alcalde, ver pasar el muñeco colgado del gaitero de lado a lado de la calle, el último día se quema en la plaza el gaitero y se le canta –el pobre de mi-, la tira de caramelos desde el balcón del consistorio y los niños disfrutando recogiendo y blanqueándose tirándose harina por todo su cuerpo, los mayores tomarse un zurracapote preparado por los municipales y después a bailar rastras al compás de la charanga cerverana, hasta la plaza de los árboles, después tomarse unos vinos con amigos hablar y contar las peripecias vividas durante el año, buenas y, como no, también malas. Un encuentro agradable, sino buscas muchas complicaciones a la vida.
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