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más o menos
Ceras colores
PAYASO TORERO
¡Pooobre payasooooo! De la ópera Pagliacci del
compositor italiano Ruggero Leoncavallo, no es mi intención hablar de dicha
ópera, tengo el oído muy duro, cuando la vi en mis años de juventud, me gusto,
la temática tiene mucho que desear en nuestros tiempos de tantas injustificadas
muertes de mujeres, él, el payaso, asesinó más bien la mato a su mujer por
celos, eran y siguen otros tiempos pero parecidos. No sé si hemos ganado mucho.
Ustedes mismos juzguen.
El payaso torero es lo que a mí me recuerda y en lo
que voy a pretender dar una explicación; primero que todo decir: que solamente
he visto una corrida de toros, digamos seria o formal en mi vida, fue una que
toreaba Mario Cabré, incluso llevábamos un ramo de flores para honorificarlo en
su toreo, la plaza hasta la bandera en Barcelona mi madre me parece que se puso peineta (chulona) para tal evento, yo era joven y seguía donde me llevaban, no me gustaron los toros ni el ambiente ni la muerte del toro, no por eso prohibiría
los toros, allá cada cual, por si solos se están cayendo, la TV 2 cuando da una
corrida, nunca enfoca las gradas, las plazas están medio vacías, no hay que
prohibir que el pueblo y la cultura decidan.
Este payaso lo pinte pensando en el torero payaso de
la plaza de toros Las Arenas de Barcelona, en los veranos por la noche de los
sábados había Charlotadas así las llamaban y los payasos siempre eran hombres
de una estatura pequeña vestidos de toreros que toreaban vaquillas, era todo un
espectáculo ver con que soltura se movían, algunas veces vi el espectáculo de
los pequeños toreros, supongo que en razón de ver estas Charlotadas, se me
ocurriría este Torero Payaso. En mi reflexión de viejo no sé si estaba bien o mal
este espectáculo, pero uno tiene que aprovechar de la vida lo que le da, para
ganarse el sustento del día a día tan difícil para muchos.
EN EL
DIABEL, UN BAR DEL PUEBLO
Cuando vamos a pasar unos días o uno o más meses en
Cervera, un lugar preferido es el bar actualmente llamado Diabel (nombre
compuesto, me parece, de sus hijos) por cercanías a nuestra casa y amabilidad
del Javi y camareras bien entendidas, no con esto quiero decir que los demás
bares no me sean preferidos, es que la vida da lo que da de sí y uno no alcanza
a más. En el bar acostumbra a ser un lugar de reunión de otros cumplidores de
años, viejos, como yo, nos reunimos el día que se tercia que las articulaciones
van un poco bien con el tiempo, (aquello que decimos los viejos va a cambiar el
tiempo, me duele la rodilla) por la tarde y nos tomamos nuestro vino de Rioja
sentados alrededor de la mesa de madera-plástico de cuatro patas de jugadores
de guiñote, nosotros no jugamos, hablamos, cada uno con su cuento que contar
que son muchos y el hablar puede durar rato, yo si tengo que decir la verdad,
con mi poca voz creo que no me oye nadie, pero me contestan con una sonrisa o
una mirada perdida, a mi me pasa lo mismo con todos los demás, entre la
televisión y el murmullo del griterío de los clientes no me entero de la misa
la mitad, pero hablamos y hablamos y nos vemos, muchas veces ni hablar nos hace
falta con verse uno ya dice mucho, es como si pasáramos la fe de vida por el
banco donde tenemos domiciliada la pensión; el verse sentado uno en el bar
junto con tus amigos tomándonos un vino o un café y pensar que no estás
atiborrándote de pastillas en una residencia, esto también vale, no tengo nada
contra las residencias, algún día iré si llego y si mi razonamiento me deja y
puedo contento lo aceptaré, repito. La vida da lo que da de sí y… nada más.
En estas charlas entre amigos uno me pregunto:
—Oye catalán eres separatista—
Lo entendí bien y no me importo contestarle; pues mira
te contestare como si fuera de campo-hortelano sin serlo, soy como los pimientos,
no del piquillo tan finos sino de los morrones mediterráneos entreverados, mi
mujer dice que son buenos y sustanciosos para escalibar, no sé si es verdad,
asados tienen mucha carne y me gustan no son tan delicatesen como los del
piquillo pero dan más porte al plato y te llenan más.
—Viejo de la mesa. No te entiendo con esto lo que me quieres decir—
—Viejo de la mesa. No te entiendo con esto lo que me quieres decir—
Pues veras, los entreverados con el tiempo se vuelven
rojos de color y a mí a base de oír tantas y malas chorradas de políticos manipuladores
TVs partidistas del género que sean en contra de los catalanes se me ponen los
“prebots” en catalán, los pimientos rojos y entonces ya no sé lo que soy pero
intento conservar mi propia personalidad de catalán y riojano y además español
con un respeto para cada cual en sus sentimientos. ¡Ojalá! todos los españoles
pudiéramos sentir este respeto mutuo en cada manera de percibir los
sentimientos patrios.
—Fíjate tu en los cerveranos, son riojanos y españoles
o españoles riojanos, castellanos viejos o de Castilla la Vieja yo como estoy
casada con una cerverana y llevo 63 años con ella, mas dos de relaciones, no
pongo en duda mi condición la mezcla del cóctel y me sabe a gloria vivir juntos y compartir
días; si oteo y rebusco a nivel de pueblo cerverano, aun persiste los
sentimientos el ser del barrio de abajo o del barrio de arriba, con dos
parroquias, dos cementerios y dos ó tres barrios, ya me dirás a nivel de
autonomías y además con idioma propio como se puede sentir uno. Yo como catalán
con vivencias ofensivas de años sólo pediría un poco de comprensión de todos, no
de los políticos, al pueblo en general con respeto a los sentimientos
antepasados de cada uno. En mi vida de 87 años me he pasado pidiendo perdón,
por hablar catalán infinidad de veces a personas que sin saberlo no era
bilingües, una lengua El Catalán ancestral para mí y familia—.
—La riojana me esta gritando no te habrás tanto ni te
compliques la vida en contar chorradas. A mí me gusta el chorreo de palabras y
abrir el corazón a todos. Creo que es bueno para conservar la salud.
ESTA NOCHE LA LUNA…
No se el nombre del autor-a
Esta noche la luna golpeó inútilmente mi
ventana
no acepté ni siquiera su flequillo blanqueando
el sonido inaudible del violín de la noche...
La dourinha se debatia atrapada en lo oscuro.
Con los ojos cerrados adivinaba sombras:
riquezas sin cuidado
libros cerrados, cuadernos polvorientos
zapatillas varadas boca arriba
el sillón derrumbado bajo una ropa gris triste,
triste...
La carnosa se atería en el alfeizar.
Maullaban de profundis las sombras de mis
gatos
cuando la Pena oscura pidió sitio en mi cama
muy helada, muy negra, muy gemida, la
Pena...
Le hice sitio, la arrebujé conmigo
y la abracé con fuerza como una vieja amiga
desolada...
Poesia; Begoña Eguiluz de Sasía
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