Sombras

martes, diciembre 28, 2010

CERVERA DEL RIO ALHAMA – -Pueblo de Cabretón

P-12 65X45
Año 2006


El día que capturé esta foto fue el verano de 2005 por encargo de una señora de Cabretón, quería que le pintara su pueblo, intenté pintar el cuadro con mis máximos sentimientos de expresión. Cabretón está situado en una llanura de la vega de Añamaza, una vega fértil y de buenas patatas y ricas verduras, regadas por aguas procedentes del pantano de Valdegutur, un pequeño pueblo situado unos pocos kilómetros más arriba siguiendo el mismo valle. La toma de la fotografía la hice desde una revuelta de la carretera que va a Valverde, pueblo, actualmente pedanía, del ayuntamiento de Cervera del Río Alhama. Sus montes son secos, su vega es fértil y agradecida, la vega se extiende hasta encontrar el río Alhama donde se encuentran los baños de aguas termales de Fitero.

Un día le dije a mi hijo: lo único que me sabe mal es que tu nacimiento y crecimiento haya sido en una capital y no hayas tenido un pueblo para desarrollarte y crecer en su entorno natural para poder disfrutarlo de niño como yo disfruté del mío (Balaguer); él me contesto: ¡qué piensas papá, que yo no he disfrutado de mi capital (Barcelona) y todas sus calles y del entorno donde vivíamos! Me dio a entender que él también tiene buenos recuerdos de su niñez. Esto me da que pensar que lo que vale en esta vida no es donde has nacido sino donde has crecido, lo que cuenta es la niñez que uno ha tenido de buenos recuerdos, sea en un pueblo, en una ciudad, en un valle, montaña o mar; lo importante es la felicidad que una familia haya trasmitido al niño y en el bienestar de los suyos. En el transcurso de los años de matrimonio, mi mujer y yo, nunca hemos abandonado el pueblo. Cervera del Río Alhama ha sido el refugio de nuestros tiempos vacacionales y esto nos ha supuesto estar y dar a conocer a nuestros hijos la tranquilidad y el vivir de un pueblo.

Cuando hablamos las personas mayores, acostumbramos siempre a ponderar nuestras batallitas de tiempos pasados, que fueron mejores que los actuales. Cuando oigo esto en boca de personas, lo primero que pienso es: otro que ya se ha hecho viejo del todo. Sólo vale la juventud, sea en la época que sea, unas veces los momentos son más propicios y otros menos afortunados, pero eres joven y se supera con más o menos fortaleza, pero se supera; en cambio en la senectud es mucho más difícil. Aunque mientras el cuerpo nos de un respiro siempre hay que aprovecharlo para vivirlo como mejor uno pueda y pensar que si aun te aguantas con algo de facultades, es bueno vivirlo a tope. A mí me tocó la guerra, postguerra y dictadura y a pesar de todo guardo los buenos momentos, los malos los dejo como una anécdota sin importancia.

En el pueblo de Cabretón, pueblo de pocos habitantes, seguramente que uno de capital no podría vivir en él, ya que la tranquilidad que se respira, sus nervios no lo soportarían, en cambio a los del pueblo seguro que en la capital les pasaría lo mismo por la razón de tener demasiados habitantes. Los escaladores de altas cumbres necesitan un tiempo de adaptación para poder llegar a coronar la cima. Para vivir en un habitad de gran o poca aglomeración también es necesario un tiempo de acomodamiento, pero al final a base de estar, uno llega a costumbrarse a todo. Como dice el dicho: a la fuerza ahorcan.

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