Sombras

jueves, enero 16, 2014

CERVERA DEL RIO ALHAMA - Casa del Teodoro

CASA DEL TEODORO

De apodo, LA AVISPA,
de parras
la calle está.
En septiembre
llenas de uvas
colgarán,
que avispas
 las rondarán.

Aunque no soy cerverano de nacimiento sí, me considero con derecho de ser del Barranco del Tollo y por asimilación Barrio Bajero y sobre todo cerverano, digo esto: por qué este trocito de calle fue donde una parte de mi vida actual se materializo; me enamoré y me case con la hija de “La Cavaora” casa vecina de La Avispa con su parra y su patio. Después, en años venideros siempre fue nuestro refugio de veranos pasados y recordados con mucha alegría por toda la familia, conservando un gran cariño a mis cuñados Zara y Julio por tener la paciencia de tener siempre una sonrisa en sus labios mientras nos albergaban en su casa, aun siendo de todos los hermanos, nosotros ocupábamos un sitio durante las vacaciones que no siempre disponían.
La calle es parte final del barranco y la casa de la Avispa y la de Cavaora es la última de este tramo de casas de la calleja, por el barranco aun continuan con algunas casas más hasta llegar al final que es monte. Dicen que el Barranco del Tollo es el principio del pueblo de Cervera, esto es lo que algunas veces he oído en boca de cerveranos, yo me lo creo, es toda una señora calle que incluso algunas veces bajan buenas barrancadas de agua dignas de ver.  
Con el vecino, ni que decir, eran cariñosos y buenos vecinos, nos aguantaban cantares, en meriendas ansiosas de goce de vida de pueblo, trago va, trago viene, un arenque, un chorizo, una sardinilla de lata, atún desmigajado, tomate con sal, aceite y todo lo que se terciara, muchas veces compartidas con otros vecinos que se incorporaban y participaban en hacer más agradable el momento, recuerdos tan simples que a estas alturas de la vida que todo está tan sofisticado, el ver casos similares a nuestras meriendas, superadas, de pinchos de gran chef, si unos, de foie de pato, piquillo rellenos, anchoas de Cantabria con tiras de pimientos del Padrón fritos, pechugas de pollo cortadas y rebozadas con pan rallado al huevo y todo lo que uno puede pedir por su boca. No pude faltar entre bocado y bocado los tics de dedos de los comensales sin parar de mandar fotos, wasaps o mensajes con sus móviles de todo lo que están merendando a sus amigos que no participan en directo de su merienda. Antes esto del chef, por lo menos en mi caso, era mi jefe de trabajo. Lo máximo que aspirábamos en una buena merienda, era una buena cazuela de caracoles hechos estilo de Cervera del Río Alhama…, que no es moco de pavo, regado con un rioja casero del año trajinado y servido con pichella por algún amigo pequeño cosechero. El recordarlo se me hace vino la boca.     

Mª ISABEL

Desde que naciste que te conozco en los regazos de tu madre; como amigos que somos mi esposa y yo de tus padres. Nuestro hijo e hija son más o menos de tu misma edad seguramente que en días de verano jugaríais muchas veces juntos por estas calles de Cervera, yo siempre te he visto niña, niña bonita, que a pesar de tu enfermedad continuabas con tu hermosura natural y con la hermosura intelectual que llevabas dentro de ti.
Me enteré de tu muerte por una amiga de Internet, aun en tú enfermedad  no me lo creía, tuve que preguntarle otra vez si era verdad, me lo confirmo, cuanto siento que nos hayas dejado sí, ya sé que nos tenemos que ir todos a un mundo de reposo absoluto, donde el fin será infinito como el mismo firmamento y seguramente tú serás un lucero más que resplandecerá en el espacio, pero me cuesta resignarme que una persona tan joven como tú nos deje, lo siento de todo corazón, sólo deseo que donde estés continúes pensando en tus poesías yo por mi parte no te dejaré  de publicar en mi modesto blog, supongo que me dejas, y como estas cosas de la informática navegan por el aire tal vez tú me puedas captar y echar una mano y puedas volver a escribir tus poemas.

A tu madre, hermana y familia, la familia Gilabert os damos nuestro más sentido pésame.



A MI PUEBLO

He recorrido tus montes, tu río con alegría.
He subido a tu castillo, de niña, de noche y de día.
Ahora sólo puedo verte sentada desde mi silla.
Estás más bonita que nunca ¡castillo del alma mía!
Tu río cristalino baja y me hace compañía.
Cierro los ojos y pienso: “ésta es la playa mía”.
Y sigamos recorriendo paso a paso, día a día.
Ya estamos en la caseta, la Virgen del Monte, arriba;
a Santa Ana, a San Gil que la Soledad nos bendiga,
que sigamos manteniendo a nuestra Cervera unida.


Poesía de Mª Isabel Jiménez Garraleta del libro Retazos de mi vida

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