acuarela
ALHAMA
Río Alhama en este instante del
año 2003 de un mes primaveral aguas limpias en el caudal del río, más que
limpias cristalinas de pura nieve de tus montes medio sorianos y riojanos donde
muchos pueblos de su cauce solitarios son puras almas errantes sin residuos que
dejar en su lugar.
Puente Azul que nos da paso a
todos los cerveranos en sus paseo cotidianos de ir i venir de chiqueteos,
barrio de abajo-barrio de arriba por la carretera, siempre queda el otro puente
para transitar y también pasear y pensar, el puente de Zamora más emblemático y
con su historia de años de caballerías, carros y carretas transitados por él,
actualmente en desuso de carromatos y sistemas motorizados, con su sistema de lavandería de toda clase de prendas de
ropa; circula una acequia por un lateral del puente con un caudal de agua
importante preparado como lavadero, en otro tiempo muy utilizada por lavanderas
de ropa y también para cacharros de cocina, como abrevadero de acémilas, utensilios
o lo que se acomodara al alcance de cada uno, por cerveranas muy dispuestas en
estos quehaceres. Los dos puentes de diferentes épocas con sus peculiaridades
armónicas que para el cerverano son signos de identidad.
SIMPLES MOMENTOS
Eran las 11 horas de la mañana
en Salou, cuando me ha telefoneado mi yerno diciéndome que venía a almorzar y
que el pan lo compraría él, tierno y tostadito,
(reparte su propia producción por estos lugares de fábrica de embutidos
del obrador de charcutería que tienen en
el pueblo de Alforja) por cierto, de categoría por el buen hacer de sus
productos. Aconsejándome al telefonear, que Luisa no preparase nada excepcional,
ya que está en fase de régimen estricto de pérdida de peso por especialista
titulado, ja,ja,ja,… resulta que en su paquete de almuerzo el que llevaba era
él, no había pasado por control ni del médico ni de su mujer. Luisa: mi esposa
o como hoy se dice compañera de 60 años juntos, casi diría más que juntos, en
fase embrionaria de tanto roce, no ha preparado nada fuera de lo común,
solamente una tortilla de patatas con cebolla, que había hecho para el
almuerzo, estaba para hacer con un palo un chupa chups de lo rica que estaba y acompañada
con una ensalada al estilo de Cervera, con algo de escabeche… ¡mua, mua!.
Me concretó mi yerno, llegaré
a las doce, puntual como la una, a las doce llamaba a la puerta, entraba con el
pan debajo del sobaco y con alguna latilla del norte en mano que ni siquiera
pudimos probar porque el cuerpo no da para tanto (me avergüenzo contar esto a
falta de tantas necesidades). La mesa de la cocina ya estaba dispuesta para los
dos, plato enfrente a plato para dar una solución a nuestro almuerzo-comida que
de verdad sea dicha en aquel momento se fueron algarete todos los regímenes
médicos, incluso olvidándonos el de la bebida, sobre todo por mi parte que no
tenía que conducir, como he dicho, la tortilla de fábula, la compañía agradable
y el momento de recuerdo. Este día del almuerzo de la tortilla de cebolla ya no
pude compartir la comida que cada día comparto a la una y media con mi hijo, mi
cuerpo no daba para más, me supo mal. En mi caso es un gustazo poder almorzar
un día con mi yerno con suspensión momentánea de compromisos de trabajo y que
mi hijo comprenda que aquel día no comparta con el su almuerzo por el mismo hecho.
Hablo por los dos, el matrimonio, no sé si somos felices, porque tampoco sé lo
que es la felicidad en sí, lo único que siento yo, es una tranquilidad de
conciencia que me llena para el más allá, sin tener que pedir permiso a nadie
del bien o del mal. Y decirle a mi esposa la disponibilidad que siempre tiene
con todos nosotros y que muchas veces pasamos por alto sin saber que lo
principal de casa es ella, aun que tú, nos sirvas como saco de golpes de todos.
Gracias Luisa por todo.
Quisiera, mi vida seguir
amándote.
No quiero, mi vida dejar de
amarte.
Quisiera rasgarme por dentro y
por fuera
y que mis ojos volvieran a
llorar.
Sólo un pensamiento me hace
estar viva.
Sólo un pensamiento me hace
soñar.
El amor es amor mientras
exista la vida.
No quiero jamás dejarte de
amar.
Poesía de Mª Isabel Jimenez Garraleta del libro de Poesías -Retazos de mi vida -
3 comentarios:
Albert, como siempre encantador.
Eres muy indulgente conmigo.Gracias
Querido suegro gracias por revelar mis pecados!!!! Pero poder degustar la exquisita cocina tradicional de Luisa junto a una persona como tu, que perviertes al prójimo con tu disfrute de la vida y el buen comer. Hace imposible que pueda retener mis tentaciones..
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