Óleo
DIA LLUVIOSO EN EL BARRANCO DEL TOLLO
Calle
de barrancadas en día de aguaceros, de gota fría, cómo se le llama ahora a las
lluvias torrenciales, acumuladas en sus montes pedregosos, donde dejan correr
sus aguas por pequeños senderos hasta dar en este caso con el Barranco del
Tollo que por momentos se transforma en un caudaloso rápido, cuando esto sucede
en tormentas es digno de verlo, la calle es una difícil vía de transitar, en
mis años juveniles, después de la tormenta tenias que sortear los tollos de
agua, donde incluso durante unos días las mujeres aprovechaban para lavar los
cacharros de la cocina, cuándo el agua del servicio del ayuntamiento aun no
estaba instalada en las casas . Sus habitantes, los del barranco, de tiempo y
experiencia se las idearon con soluciones para evitar la entrada de aguas en
sus portales, todas tienen sus paraderas o muros a favor de la torrentera así
de esta manera poder evitar la entrada de agua en la casa, actualmente alguna
casa se ha modificado el sistema de muros de contención, sin tener en cuenta
que la naturaleza se puede cobrar de un momento en otro su desfachatez en el
poco respeto y repetir antiguas inundaciones y recordar que la calle Barranco
del Tollo esta edificada en un barranco de torrenteras y yasas.
En el
caso de la pintura era una lluvia moderada de aquellas que incluso te da gusto
contemplar debajo de un portal con un amigo y una buena merienda acompañado de
su rioja; cómo dicen los asturianos para falar el vino, que no falte, charlando
del campo y de sus caracoles de la vega que tan suculento los cerveranos saben
guisar o si saldrán a pastar las cabrillas en el monte entre aromas de sus
matorrales aromáticos que tanto nos brinda estas tierras cerveranas. Una lluvia
de reflejos en su penumbra hacia la noche de sueños cálidos y cielos sin
estrellas, que el ser agradece en su aposento al amparo de una buena compañía
si dispone de ella o de él en su momento con alegría, siempre que lo sepa asimilar
y acomodar en sus momentos.
MOMENTOS DIFICILES
¿A
dónde vamos? Son momentos difíciles de decisiones comprometidas, por lo menos
para mí. El otro día de San Gil conocí a varios capellanes oriundos riojanos y
cerveranos del servicio religioso que dieron en las fiestas Patronales de San
Gil; me los presentó, mi mujer: –mi marido, es catalán, -uno arrufo la nariz
muy amablemente- un servidor le dijo: esta pareja, nosotros, llevamos 60 años
casados (que no es moco de pavo en estos día de cambio matrimoniales), el
cincuenta por cien mi esposa ama mi pueblo catalán y el otro cincuenta por cien
de mi mismo amo al pueblo riojano en total un cien por cien cubierto de
querencias hacia nuestros pueblos, ¿Amo España? No lo sé; amo los pueblos de España,
pero esto no quiere decir que ella deje de sentirse riojana y además con
orgullo y además sentirse hasta la médula cerverana y dejar un cincuenta por
cien de catalana; a lo que respecta a mi me pasa lo mismo me siento catalán, no
puedo hacer otra cosa que sentirme de donde soy, pero tengo un cincuenta por
cien de riojano y también La Rioja, la amo. Me pregunto tengo que hacer un auto
de fe y proclamarme ser ¡Español! Si digo esto estoy dando todos los derechos a
un centralismo acérrimo que cada día quiere centralizar todo en un estado que
sólo mira por sus sedes centrales sin contar con sus pueblos y sus necesidades.
Por esto digo: amo a los pueblos de España, que es muy diferente de ser español
palabra vaga en mi manera de pensar. Lo siento, es que hasta arrufan la nariz o
hacen muecas personas más o menos instruidas, al decir que soy nacido en un
pueblo de Cataluña, donde en mi caso de descendencia catalana hay muchos otros
casos que sin ser tradicionalmente catalanes se sienten orgullosos de pertenecer
al pueblo catalán. ¿A dónde vamos? Si lo supiera sería Nostradamus de nuestro
siglo y, ni siquiera sé si soy un buen contribuyente en un estado que el que
más, es un corrupto.
EL AYER NO VOLVERA
Emigrante
soy de mi dulce niñez
y
testigo fiel de mi cruel madurez,
Hoy
lloro de impotencia, pensando en ayer,
y
sufro agonía, pues no volveré.
Me
ahogo en el llanto que no derramé,
ý me
hieren las manos que nunca estreché.
Me
queman los ojos que aún no miré
y
siento el sabor del que no besé.Poesia de libro de Mª Isabel Jiménez Garraleta, Retazos.
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