Sombras

lunes, junio 29, 2020

CERVERA DEL RIO ALHAMA – La Dolorosa, símbolo de madres

La Dolorosa de la Iglesia de San Gil 

SANTA LUISA O SAN LUIS

Hoy Luisa es tu Santo Patron o Santa Patrona, como no sé muy bien a cual se refiere tu nombre por celebrar tu santo-a si es a hombre o mujer de los dos santos del santoral eclesiástico, te voy a felicitar por tu santo, en masculino ya que si se refiere San Luis de Gonzaga era hombre y se refiere a Santa Luisa de Marillac, como patrona te felicito como mujer. Me parece que tú en tus convicciones, celebrabas, ni uno ni el otro, con el solsticio de verano te conformabas y tus aguas marinas de media noche de ocultos simbolismos de aquelarres inconfesables, sin buscar santoral que te cuadrara. Eras una de las adelantadas creyentes cerveranas en tus convicciones, muy tuyas en tus conclusioness. Siempre aceptabas la que a ti te daba la gana. Tu hija me ha recordado el santo y nos ha felicitado en tu Santa Patrona-Solsticio, en honor a tus días de convivencia entre todos nosotros, tiempos para recordar y tiempo para vivir, según tu tenemos que aprovechar en nuestro vivir cotidiano. Más de lo que hago no puedo hacer, sólo tengo fuerzas para imaginar y a veces ni esto me sirve como estimulo. No hagas mucho caso de lo que te cuento, siempre todo tiene sus momentos, como la felicidad que en mi ser a veces aflora en pequeñas dosis que aprovecho en cada momento que surgen en todo mi soñar. 

Hoy no he cocinado, me he levantado tarde, montado en mi bici “eléctrica” de pedaleo cada vez más insostenible en el pedalear, pero sigo dándole al pedal y me doy mi buen paseo por las avenidas y paseos de Salou, con foto de playa informativa de Covid-19 para bañista, cada vez más numerosa en nuestras playas. 

Al final he optado por ir a un restaurante en tu honor de nuestros tiempos, tu no estabas presente, tonto del todo no soy, pero yo te presentía delante de mi en mi mesa comensal solitaria del restaurante, que alguna vez los dos ocupamos la misma mesa. Siempre que voy a este restaurante soy el primero en llegar, el camarero, que ya me conoce, no me pregunta por ti, ya sabe que me dejaste; al final de la comida solo me pregunta si me ha gustado lo que he comido, yo siempre le respondo, buenísimo todo y es verdad, el cocinero es bueno por lo menos por mi gusto; cocina con gustos parecidos a los tuyos, sin tantas chorraditas superfluas pero sin superarte. Te digo lo que he comido hoy del menú variado: Salmorejo con tiritas de cecina, bueno, sólo le he añadido pimienta a mi gusto y de segundo carrilleras de ternera con puré de patatas, bueno el puré, no como el tuyo, el puré más suavecito y un poco liquido, de adorno más que puré de patatas, las carrilleras en su punto, se desasían en la boca, de postre he pedido el “ postre de music” (almendras nueces y orejones) no sé si los orejones entran en el ritual de postre de músico, a mi me a sentado bien y me ha dado todo el postre para terminar con un chiquito más de vino que quedaba en el cuarterón que sirven para cada comensal. Me dejaba el café que ha sido mi punto final, tú, en tu soplo-vaho has pedido un cortado que al camarero le ha pasado apercibida tu comanda, no te ha captado en su escucha sensorial, no estaba en onda de seres extrasensoriales que no eran de su conveniencia, esto es sólo para espíritus sensibles y cercanos a soplo-vahos astrales de amores infinitos, que sin estar entre vosotros os pueden comprender en todo lo astral de vuestro reposo. 

La Dolorosa nada tiene que ver con tu santoral, pero aparte de ser una talla excelente y en vista que San o Santa Luisa por el Alhama no he encontrado muchas definiciones que me dieran un historial convincente en mis pensamientos santorales, he decidido poner como encabezamiento la Dolorosa para compartirla no solamente contigo, Luisa, sino con todas las madres que pasan sus penalidades por preocupaciones de convivencia familiar. 

Buscando en Internet sobre el nombre de Luisa, hay muchas definiciones, con esta me basta: 

Personalidad de Luisa según su nombre y creencia 

A Luisa le gusta sentir que las personas la rodeen y le admiren, lo que le hace creerse importante. Su egolatría puede no molestar a algunas personas, pero en algunos casos le supondrá un problema en sus relaciones personales. Aun así, Luisa está decidida a no cambiar su forma de ser. Sean cuales sean las consecuencias. 

Luisa, además, tiene sus ideas muy claras. Desde muy joven ha labrado un ideario sobre la política, el amor, la amistad, etc., que considera inquebrantable. Es una mujer muy difícil de convencer o de influenciar. 

Sea lo que sea, poco importa en el sentir actual de nuestras conversaciones de ultra tumba que nuestros propios dilemas sirven para extraterrestres de mundos astrales sin respuestas concretas desde donde partimos y a donde vamos y si me apuras quienes somos. No me digas que es obsesión el pensar en el más allá, pero es que cuando hablo contigo no me dejas más opción que poner todo mi énfasis en tus astrales reposos. 

Muchos o algunos que me leen se pueden preguntar, este tío siempre piensa mucho en el más allá; si alguno me conoce en profundidad seguramente que os dirá: de que vas tío, si muchas veces ni siquiera sabe en que día está, a sus años es un pirado de la vida, le engaña su corazón de años cumplidos, pero se deja engañar. Así vive mejor, que más da, siempre los finales son celestiales, astrales o el fin de nada a conveniencia de cada cual y el mío solamente llega a terrenal. 

Verbena de San Joan 23-06-2020, me iba a la cama, pero me he superado y me he dicho: voy a por todas, camisa limpia, pantalones cortos, Adidas, los mismos de siempre y sandalias de piel de estilo Anser, el interior o muda limpia por si acaso tengo un percance… de caída con la bici y me tienen que llevar a urgencias, no imaginéis cosas raras que son 89 años y no perdonan. Antes me he rasurado la cara a secas sin crema y me he, no perfumado, más bien rociado de aromas de montes de lavanda, solamente porqué a mi me agrada. He dado un paseo por todo el bulevar, he visto el panorama verbenera Covid-19 y me he dicho: voy a cenar en un restaurante de los acantilados aun que me cobren más por estar en primera línea frente al mar, aparte de la mar las personas se apiñan y da más sensación de vida. Si me han cobrado un poco más que si hubiera ido a un restaurante del interior de Salou, todo muy bueno, el ambiente agradable, petardos, cohetes y el mar tranquilo, con su luna nueva en lo alto que rociaba en el mar reflejos estrellados en todo su vaivén de las olas; me he sentido bien, incluso como final me he tomado un descafeinado, pero le he dicho a la camarera que sea con coñac; un caragillo, he disfrutado del ambiente familiar que había en el restaurante he pagado la cuenta y he cogido la bici y aun he dado una vuelta por el paseo y a casa. Al llegar a casa los vecinos tenían verbena con sus amigos todos jóvenes y con niños pequeños, estaban de algarabía, contentos y con petardos san juaneros de miedos estruendosos para infantes de sol naciente. La vecina me ha llamado invitándome: —Albert tomate una copa de cava y coca con nosotros— le he dado las gracias por la invitación y le he dicho: es que vengo de cenar mi cuerpo no da para tanto. Gracias. A si y todo me a dejado un trozo de coca de Sant Joan en la valla de partición de chalets y yo se la he cogido… me he sentado en la mesa de nuestra cocina he cogido la coca ¿me la como o no me la cómo? en la nevera había un botella con un culo de cava fresco, me he comido la coca y en una copa estilo años 1920, copa plana, la he llenado he brindado por ti y me la he tomado a tu salud, aun que parezca incongruente la coca y cava, el bridar por la salud de un difunto. En este momento mientras el cava se deslizaba por mi garganta, no he podido más el sentir que tú estabas llorando y yo con pena por no llorar contigo, por ser de la vieja ultranza, de que los hombres no lloran. He sentido tu ausencia. 

—No paras con tus reflexiones sentimentales, sabes que nuestros soplos-vahos astrales no puedo llorar, máximo enmohecer, todos los lloros los dimos en vuestro mundo en su momento y que aun la humanidad sigue dando cada día en sus penares; si juntáramos todas las lágrimas derramadas que se esparcen por estos mundos de penas innecesarias y que se transforman en lágrimas en su ritual mal vivir para muchos seres con recursos cero. 

Dice un dicho: Un río de lagrimas, la mar de lágrimas; esto tal vez sean muchas lágrimas, pero si se podría llenar una piscina olímpica de lo llorado por incomprensiones humanas. Te dejo esta reflexión para que te des cuenta que vuestro mundo “no tot es flors i violes” no todo el monte es orégano. Muchos lo pasan muy mal en lo terrenal, cuando llegan a este nuevo mundo astral, todos los mal tratados, se les nota, llevan escrito el sufrimiento pero con un soplo-vaho de tranquilidad, para encontrar un reposo digno, que los pudientes humanos no les supo dar. 

Me parece que este final de fiesta de la Verbena de San Juan tuyo, con esto de verme llorar, no será que te estés escudando en mi persona por no aceptar como hombre, que si alguna lágrima rodó por algún rostro en nuestra mesa, no sería por casualidad en tu cara, si así fue, no te pene, que mientras tengas lágrimas que derramar es que tu vida sigue existiendo y además con todos los sentimientos que un cerebro puede almacenar. 

Ya me dirás cuando piensas ir por el pueblo; en el bar que te sirvan los chiquitos de vino en porrón, para que el coronavirus sea mucho más seguro que se te aparta de ti, el vino se airea mientras baja del porrón a chorro a tu gaznate y el porrón sirve de mascarilla, lo mismo que la sidra, hay que airearla, díselo al Javier González Calahorra (Diabel) de parte mía. Pero quítate la mascarilla para beber y chirriar, no me seas camarzas y tiñas la mascarilla. Cuídate y no seas eslachao, que te conozco. — 

CRISTO CRUCIFICADO 

No me mueve, mi Dios, para quererte, 
el cielo que me tienes prometido; 
ni me mueve el infierno tan temido, 
para dejar por eso de ofenderte. 

¡Tú me mueves, Señor! ¡Muéveme el verte 
clavado en una cruz y escarnecido! 
Muéveme el ver tu cuerpo tan herido. 
Muévenme tus afrentas y tu muerte. 

Muéveme, en fin, tu amor en tal manera, 
que aunque no hubiera cielo, yo te amara, 
y aunque no hubiera infierno, te temiera. 

No tienes que me dar porque te quiera, 
porque, aunque cuanto espero no esperara, 
lo mismo que te quiero te quisiera. 

Soneto; Anónimo, ¿San Juan de la Cruz?






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