Sombras

sábado, octubre 02, 2021

CERVERA DEL RÌO ALHAMA – Todos los santos y santas

 

Calavera vera, vera, al que me la rompa le tiro con ella

DIA DE LOS DIFUNTOS 2 DE NOVIEMBRE, 

Me adelanto un mes en lo que me dijo un vecino sobre el día de todos los Santos; al ver la foto tuya Luisa me he acordado del vecino jornalero, si, pero filósofo de surcos terrenales en su cara al sol y lluvia acumulados en su rostro. Que razón tenía mi vecino, el jornalero, cuando filosofaba con la muerte en sus dichas tan certeras, siempre me contaba que los familiares de los muertos en estos días de difuntos van al cementerio a recordar, no sé si el descanso del soplo-vaho o el descanso de ellos mismos, (los mexicanos pueblo culto celebran el día de las almas en el cementerio con comida y tequila juntas las familias a la tumba familiar) las muertes inesperadas de familiares jóvenes queridos, los aparto en todo penar, cada cual sus sentimientos son personales. El vecino se refiere a otra parte de óbitos, los que nadie atiende o estorban mientras viven y siempre es esperado el final, siempre merecido el descanso por las dos partes y, una vez en el cementerio les llenan de flores las sepulturas, y el continuaba insistiendo, ¿para qué? Si la nada existe –si cuando este ser vivió, nadie se acordó de cómo él vivió su soledad y falta de cariño familiar; algunos encuentran justificación en no corresponder a su vivir cotidiano de soledad, por justificarse en su mismo mal pensar. Mi vecino ya se murió, no sé si tiene flores en su entorno sepultural, pero puedo asegurarte que a mí siempre me dejo que pensar, su ¿para qué? Que las flores las quiero ver y oler en vivo, aun que sea en mi rincón de casa; en mis soplos-vahos ya me buscare otros resquicios más simples en mi propio descansar de olores más funesto y apropiados en bodegas ocultas que seguramente existirán; Luisa ya me dirás si este vecino en su imaginar y pensar era adecuado en todo su filosofar.

El recuerdo hacia los seres queridos o compartidos en nuestras vidas, siempre nos hacen más humanos una vez que dejamos de verlos en nuestro vivir cotidiano y seguramente muchas personas se ven reflejadas en el momento de recordar en un día dedicado a los difuntos, yo estando de acuerdo con mi vecino no dejo de pensar que otras personas puedan sentir otra forma diferente a la mía, igual de válida, que a mí siempre me ha parecido la de Todos los Santos un santo sin excesiva devoción por mi parte; se puede recordar duelo o alegría en cualquier momento y en cualquier lugar. Seguro Luisa que tú estarás de acuerdo, bien sabes, lo mucho entre los dos lo bien hablado que lo teníamos en nuestras conversaciones de noches de truenos y oscuros pensares.

Los días pasan que es un primor, pasan y en el pensar se acumulan infinidad de recuerdos de los dos y no siempre son tan reflexivos de soplos-vahos astrales en firmamentos de galaxias ocultas de agujeros negros absorbentes. Entre pasar los días terrenales, también se mezclan recuerdos oníricos con sus fantasías amorosas vividos por los dos en tiempos de Gloria in excelsis Deo, que a pesar de mi vejez da gusto aun el poder soñando recordar, reconociendo al despertar que el fantasear soñando es más un esfuerzo imposible de alcanzar, que sólo el dormir soñando puede mitigar. Sé que entre los dos la complicidad amorosa ha existido hasta el fin de nuestras vidas, vida de encuentros espaciados de amor de años. Ser viejo no quiere decir que los sentimientos se pierdan, no, puede que el ardor cotidiano quede relajado en amores de días concretos, pero siguen siendo amores, siempre y cuando la pareja de viejos use la imaginación como resorte principal y la salud les acompañe en su amor. Luisa, en el reto del vivir diario, que uno asume con el máximo pudor que en su primaria enseñanza en su día aprendió a convivir con los demás seres, el amor siempre la he tenido como asignatura por encima de todas las demás; amor a las persona es esencial, amor a todo las demás cosas es circunstancial, siempre la palabra amor es primordial.

—Luisa—Bueno maridito Albert, con la foto te has lucido, podías haber buscado otra con calabaza, pero que no estuviera tan erguida de cuello y con el rostro más lustroso sin tantas sombras oscuras en mi cara, para representar el día de calavera vera, vera… o día de todos los Santos; en fin te lo aguanto porque en mi lugar de soplos-vahos los rencores no existen y en mi reposo el olvido es instantáneo a excepción de algunas formas inconcretas de ver al soplo–vaho. Y además ¡con camisón!. En mi vida de muerte segura, tampoco era muy adicta a los cementerios como día universal católico, en cambio podía visitarlos como sitio tranquilo, silencioso, bonitos, con inscripciones de ultra tumba, siempre ocurrentes de leer en cementerios con dignidad de conservación. El viaje que hicimos con Pilar y Arend Alemania, lo que nos llamo la atención y más visitamos fueron los cementerios ajardinados y bien cuidados, por lo menos los que vimos.

A mí me tiene sin cuidado donde me tengáis, donde ahora tenéis mis cenizas en la pequeña estantería-mueble que preparó vuestro padre en la planta baja (destinado a garaje y ubicado como salón) no esta mal, cuando llegáis ha Cervera sin ver, ni oír, ni hablar es lo primero que veo, son vuestras maletas junto con vuestros cuerpos sandungueros, me ilusiona veros tan contentos y lo bien que habéis sabido adaptaros en el convivir día a día con el cerverano nato, siendo unos cerveranos más del pueblo de Cervera del Río Alhama, eso sí, el día que vuestro padre de el salto mortal definitivo a soplo-vaho, nos podéis amalgamar las cenizas en solo una urna, siempre y cuando esparzáis un poquito en cada lugar donde nuestras vidas han sido lugares compartidos de nuestros amoríos. 
Sí, claro que sí, no puedo estar más de acuerdo con el jornalero, -¿no será aquel jornalero que un día de verano estando cenando en la calle con mesilla baja y banqueta de enea baja y bota de vino regando sus labios con chirreos de boca?  sí, que cuando termino de chirrear te pregunto: haber si sabias lo que era más rápido de todo el mundo, no te acuerdas, tu con todo aplomo le dijiste, la electricidad, y el te dijo no, no, no el pensamiento lo más rápido, mientras estaba bebiendo su vino de la bota chirreando por toda su boca, yo al levantar la bota y ver la luna, estaba dentro de la luna viajando.

Me hablas de amor, tú, pero tú también has jugado con el amor, pasándolo algunas veces en amoríos clandestinos fugaces, si bien aceptados en su momento por circunstancias de derechos otorgados a los maridos, pero no siempre compartidos por las esposas, en tu caso si tuviste algún desliz de años más exaltados ya no quiero ni acordarme y en mi descanso eterno, no pienso que sea causa de desavenencia, sino lo fue en lo terrenal en lo astral Paz y Gloria. Que el amor es primordial en toda una vida, no lo pongo en duda, pero siempre acompañado con frutos terrenales para dar realce y fortaleza a nuestro sentido y sobre todo lealtad compartida. Siempre los hombres los han tildado de más promiscuos, actualmente me parece que estamos a la par de la promiscuidad, a si pido que las mujeres tengan los mismos placeres. Que te vaya bonito en tu soñar catalán, aun que en los sueños no salga yo como musa principal tienes todo mi permiso de soñar y amar, Cuídate que ya no estás para muchas cagaleras.—


LOS PEQUEÑOS POEMAS

—<Mi carta. Que es feliz, pues va a buscaros,
Cuenta os dará de la memoria mía.
Aque fantasma soy, que, por gustaros
Juego a estar viva a vuestro lado un día.
>>Cuando lleve esta carta a vuestro oído
el eco de mi amor y mis dolores,
el cuerpo en que mi espíritu ha vivido
va durmiendo bajo unas flores.
>>Por no dar fin a la aventura mía,
la escribo larga… casi interminable!...
Mi agonía es la bárbara agonía
del que quiere evitar lo inevitable!
>>Hundiéndose al morir sobre mi frente
el palacio ideal de mi quimera,
de todo mi pasado, solamente
esta pena os doy borrar quisiera.
>>Me rebelo a morir, pero es preciso…
¿el triste vive, y el dichoso muere!...
¡Cuando quise morir, Dios no lo quiso;
Hoy que quiere vivir, Dios no lo quiere!
>>¡Os amo, sí! Dejadme que habladora
me repita esta voz tan repetida:
que las cosas más intimas ahora
se escapen de mis labios con mi vida.
>>Hasta furiosa, a mí que ya no existo
la idea de los celos me importuna;
¡juradme que esos ojos que me han visto
nunca el rostro verán de otra ninguna!
>>Y si aquella mujer de aquella historia
vuelve a formar de nuevo vuestro encanto,
aunque os ame, gemid en mi memoria;
yo os hubiera también amado tanto1…
>>Más tal vez allá arriba nos veremos,
después de esta existencia pasajera,
cuando los dos, como en tren, lleguemos
de nuestra vida a la estación postrera.
>>¡Ya me siento morir!... ¡El cielo os guarde!
Cuidad, siempre que nazca o muera el día,
de mirar al lucero de la tarde,
esa estrella que siempre a sido mía.
>>Pues yo desde ella os estaré mirando,
y como el bien con la virtud se labra,
para verme mejor, yo haré rezando
que Dios de par en par el cielo os abra.
>>¿Nunca olvidéis a esta infeliz amante
que os cita, cuando os deja, para el cielo!
!Si es verdad que me amasteis un instante,
llorad, porque eso sirve de consuelo!...
>>Oh padre de las almas pecadoras!
¡Conceded el perdón al alma mía
¡Amé mucho. Señor, y muchas horas,
más sufrí por más tiempo todavía!
>> ¡Adios, adiós! Como hablo delirando,
no se decir lo que deciros quiero!
¡Yo sólo sé de mi que estoy llorando,
que sufro, os amaba y que me muero!>>-
                                   Poesia: Ramón de Campoamor

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