Sombras

martes, septiembre 11, 2018

CERVERA DEL RIO ALHAMA – Un cerverano

12 F 61X50
Año 1996?

Óleo


PEDRO “EL MICAELO”

Supongo que lo de Micaelo era su apodo, yo lo llamaba señor Pedro, éramos vecinos de la plaza de San Gil, hombre simpático, amable, parlanchín, por lo menos conmigo; siempre pasaba por delante de mi casa con su flor en el bolsillo, unas veces clavel otras rosa, no reventona, una rosa mañanera, pequeña vigorosa, roja de un rosal medio asilvestrado de una vecina cualquiera, a mi me llamaba su paseo mañanero, no sé donde iba y tampoco me importaba mucho, sólo sé que iba a pasear, era muy andarín, por aquello de la edad de quien mueve las piernas mueve el corazón; no sé si es verdad tal dicho, confío que alguna razón tendrá, ya que por lo que veo en estos lares, culos grandes no faltan, sean masculinos o femeninos, causa de muchos en desplazarse en coche y en no andar y mucho comer un sin fin, en fin, allá cada cual en su manera de recrearse en este mundo que por mucho que hagamos el final es el mismo, pero, el intermedio si uno lo lleva bien, incluso te puedes tomar un vino en copa y además que sea un Rioja y como catalán una copa de un Cava para brindar por años cumplidos. Es un decir: cada uno hace de su capa un sayo.
Volviendo al señor Pedro, el de la pintura al óleo; pasaba tantas veces por delante de mi puerta, que un día lo invité a que pasara dentro de donde yo pintaba y le pregunte si quería posar un rato, no sé si nos llegamos a tomar un vino, no me acuerdo, sólo sé que accedió a mi petición de posar para mí; se sentó frente a mi caballete e inmóvil se quedo durante el rato (unas dos horas) posando para que yo lo pintara, creo y quiero pensar que fue un rato agradable para los dos mientras duro la sección del posado, de este momento salió este cuadro  que gracias a la viuda del hijo del Pedro, el Micaelo, el Pedro Luis  he podido recuperarlo para mis archivos, que comparto con todos los cerveranos de buena voluntad.

A UN ÁRBOL CAÍDO

Son tantos los años que voy y vengo por esta carretera de Cervera del Río Alhama  hasta las Ventas, Fitero, Cintruenigo o diferentes lugares, como Tarragona, Salou, que al paso, siempre me encuentro con el árbol caído en la carretera, más que caído partido en dos a causa de una de esas tormentas de relámpagos  y truenos  que el pobre árbol no se pudo librar, un rayo lo fulminó, me gustaría poder reescribirte e identificarte como el árbol del poeta Antonio Machado

– A un olmo seco
Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes han salido. –

Tu no tienes tanta categoría, eres un simple pino, seguramente plantado en tiempos de dificultades de prestaciones que los brotes verdes no amanecieron, plantado allá por la repoblación de los montes del Mediano, seguro no lo sé, solamente sé que hubo un intento de re-forestación parte de los montes, que nunca debieron terminar, se quedaron sin sabia, todos tus recursos se fueron al traste con el relámpago, te dejo seco, como muchas cosas emprendidas en Cervera sin éxito final. Pero después de cuarenta y pico de años allí estás, como una escultura impertérrita con los brazos cruzados en señal de fe a los tuyos que por estos mundos ni siquiera uno repara ni siquiera te ve, ni siquiera te recuerda.  Pero sigues.

Su perfil: El pino del Salvador, el pino de Valdecanales, el pino de la Gabardilla, años yo le pongo más de cincuenta, pino de la carretera de Cervera al cruce de Linares, para mí un símbolo que tenemos que superar los ceveranos y que entre todos tenemos que resurgir como la leyenda del Ave Fenix relata la historia de un ave capaz de renacer de sus propias cenizas, pienso que todos nosotros, cerveranos tendríamos que proponernos hacer de Cervera del Río Alhama otra vez capitalidad del Alhama, sino, lo perdemos todo.

EL PUEBLO

El pueblo es un viejo tozudo,
es una muchacha sin novio,
es un pequeño comerciante en descrédito,
es un pariente con quien reñirnos hace mucho tiempo.

El pueblo es una bochornosa tarde de verano,
es un castillo sobre la arena,
es la lluvia fina de noviembre.

El pueblo es cuarenta años de subirse a los andamios,
es la breve ansiedad del domingo por la tarde,
es la familia como base de la sociedad futura,
es el conjunto de sus habitantes, etc., etc.

El pueblo es mi esfuerzo y vuestro esfuerzo,
es mi voz y vuestra voz,
es mi pequeña muerte y vuestra pequeña muerte.
El pueblo es el conjunto de nuestro esfuerzo
y de nuestra voz
y de nuestra pequeña muerte.
El pueblo eres tú y tú y tú
y toda la gente que no conoces,
y tus secretos
y los secretos de los otros.
El pueblo es todos,
el pueblo es nadie,
El pueblo es todo:
el principio y el fin,
el amor y el odio,
la voz y el silencio,
la vida y la muerte.
                       Poeta Miquel Marti i Pol

De "El pueblo"
Versión de Adolfo García Ortega

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