Sombras

martes, noviembre 20, 2018

CERVERA DEL RIO ALHAMA – El padrí (abuelo)


30F. 92X73
Año 1965

Óleo

 MI PADRE

Un hombre con suerte, supo vivir su vida, lo encarcelaron las izquierdas, por ser de derechas en celdas de la muerte salió con vida, excarcelado no supo nadie quien lo liberó,  paso los pirineos y llego hasta San Sebastián incorporándose al ejército de Franco, después al gobernar la derecha, fue hombre franquista, presidió varios cargos en el pueblo, fue alcalde, jefe de falange y no sé si ostentó algún cargo  más; de profesión panadero, hombre culto, era un gran lector; sea por buena fe o por reunirse con varios alcaldes de la zona para votar entre ellos un gobernador para Lleida, la dictadura con sus leyes lo encarceló, se ve que no era legal el reunirse más de tres personas, la misma derecha lo puso en la cárcel por unos días acusado de un enganche de luz por una obra en construcción de un teatro que se estaba haciendo en  el ayuntamiento del pueblo, que según se demostró tal enganche en la obra era abonaba parte del gasto al ayuntamiento, mi padre siempre pensó que la cárcel fue por ser uno de los cabecillas de la reunión de alcaldes, estuvo muy poco tiempo en la cárcel, no llego al mes, lo dejaron en libertad, después del incidente la política fue decayendo en él, pero murió franquista hasta el año 1978. Yo, que no pensaba como él le respete su manera de pensar siempre, por creer que tenía sus razones, nunca discutimos por este motivo, por tener cada cual su forma de pensar.  En cambio un hermano de mi padre el pequeño murió comunista a los noventa y pico de años en Francia. Los dos se querían mucho, eran los penúltimos de 18 hermanos.

En su vida personal fue un hombre que sabía poner a flote cualquier negocio, pero no sabía conservarlo se le iba todo el dinero por el mismo agujero, las queridas y mi madre que si era una buena gestora, adoraba a mi padre con todas sus consecuencias, era muy Católica Apostólica y Romana y al marido se le respetaba según la doctrina cristiana.

Vivió 78 años, mi madre que se llevaba tres años murió a los 78 años, mi esposa los acogió en casa en sus tres años últimos. Mi padre dio muchos tumbos en su ajetreada vida en Barcelona tuvo negocio en diferentes lugares de la ciudad —siempre le oía decir que le gustaría morir donde nació y ser enterrado junto a su padre—. Lo dicho al principio de la suerte, si se puede llamar suerte a la muerte, es que murió en su pueblo, en la casa solariega, en la cama que nació y lo enterraron con su padre, todo gracias a la familia y a su hermano comunista que recibió la casa como herencia y se la dejo a mis padres mientras vivieran, gracias tío Mariano, así se llamaba. Mientras se moría mi padre, estaba alegre, seguramente que estaría pensando en su última conquista, La Muerte y no se daba cuenta que era La Muerte quien lo conquistaba.

El cuadro este si lo tengo presente de cuando lo pinte año 1965, estuvo posando cinco horas sin rechistar, cuando lo terminé me miró y me dijo: el millor cuadro que has fet, estuvo contento de ver su pintura, se identifico con gusto, unas veces aciertas y otras no tanto, me acojo a una frase de Pablo Picasso, que algún retrato hizo a mecenas que le compraban cuadros , alguno pintó, hombre o mujer, alguno que lo recibió le dijo: —mucho, mucho no se parece— y el les contestaba: —no te preocupes con el tiempo ya se parecerá— la experiencia me ha demostrado que es verdad. Al final La Parca nos iguala, la diferencia sólo está en la manera que nos aparca.

UNA BATALLITA DE MI TIEMPO

A mí la fratricida guerra Española  me cogió en sus inicios desde que empezó con revueltas paramilitares : 5, 6, 7, 8, 9, años, nací 1931,  a mis cinco  años tengo un vago recuerdo de un niño de la calle que me dijo: —tu padre se lo han llevado unos militares con escopetas, con escopetas, tatareando con escopetaaaas— de verdad yo no sabía nada de escopetas, a mi me gustaba la bicicleta que me trajeron, aun  los Reyes Magos, aquellas pequeñas bicicletas para niños de tres ruedas de hierro, la de delante con pedales y el sillín de madera; si tengo que decir la verdad en aquel momento la sensación de todo lo que estaba sucediendo fue nula, mi capacidad no daba para tanto, tenía cinco años, en cambio como recuerdo lo tengo presente, pero sin percibir ninguna alteración en mi pequeño cuerpo de mal dadas. A mi padre lo encarcelaron en la prisión del pueblo, no sé que partido fue. Un cuñado que era socialista y fue a visitarlo a la cárcel del pueblo al salir, sin más lo fusilaron, mi tía, su mujer, que había oído el ruido de los disparos desde su casa, comentaba; me han matado a mi marido, siempre contaba que fue un primo segundo o tercero quien lo mando fusilar, por cuestión de amores, actualmente hay descendientes que nada tienen que ver con este hecho.

Los restantes años que conviví con la guerra ahora en el recuerdo los percibo más crueles que cuando los viví en situ, viví la privación de lo principal, la comida, el miedo a los obuses, los soldados muertos, mi madre escondiéndonos, la caminata que nos hacían hacer cada mañana de un lugar a otro para nuestra seguridad, ver un avión llamado por los soldados La Pava que ametrallaba y dejaba muertos, todo lo tengo presente. Ahora, sin percibir la dificultad que pasaba mi madre y mí hermano que era cinco años mayor que yo, el padre no estaba entre nosotros, era huido de la represalia. En cambio me acuerdo de las tiendas del pueblo, de toda clase, que todas estaban por el suelo sus productos y que estaba todo al averío de cualquiera que pasara por delante y que a nosotros chiquillos lo que nos gustaba más eran las cajas de cartón de embalaje para hacernos pequeños refugios cómo juego infantil. Al meternos dentro de la caja para jugar, sin saberlo, nos encontrábamos amprados de todos superfluos miedosos. Estábamos a salvo

        
 AL BORDE

Soy alta;
en la guerra
llegue a pesar cuarenta kilos.
He estado al borde de la tuberculosis
al borde de la cárcel,
al borde de la amistad,
al borde del arte,
al borde del suicidio,
al borde de la misericordia,
al borde de la envidia,
al borde de la fama,
al borde del amor,
al borde de la playa,
y aquí estoy durmiendo al borde, al borde de despertar.
                                   Gloria Fuertes

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